|
Hombre
orquesta, Claudio Quiñones no necesitó a nadie para componer,
ejecutar, grabar y mezclar todas las canciones de su disco debut, según
consigna el breve anuncio de la contratapa. Y como si ese oficio solitario
condicionara el resultado, ''Fármacos'', su primera grabación,
también es un disco aparte, como hecho al margen de todo cuanto
haya estado en boga en el último tiempo.
Ingeniero en sonido de profesión, Claudio Quiñones a los
quince años descubrió que lo suyo era la música.
En esos años lo que colmaba sus días era el bicicross, hasta
que escuchó un disco del argentino Luis Alberto Spinetta ("Privé",
1986) que lo impactó a tal punto que vendió su bicicleta
para comprarse un teclado. "Me rayó el disco y ahí
decidí que quería ser músico aunque en realidad lo
que siempre quise y he hecho es hacer canciones.
Nunca me he dedicado a ser artista sino que a componer y a arreglar canciones.
Después con el tiempo quise estudiar sonido para grabar mis propios
temas", explicó.
Mientras estudiaba sonido compuso canciones y realizó la producción
musical del disco "Esperando Nada" de Nicole, éxito de
ventas en su momento, además de ser la producción con la
que inauguró lo que sería y es, hasta hoy, su verdadero
oficio: fabricante de canciones.
Producir, arreglar, componer, grabar, crear y transformar. Como un orfebre
de las melodías, Quiñones ha hecho de las canciones su más
preciada joya. Desde la balada hasta el folclore, se podría decir
que todo ha pasado por sus oídos. "Lo único que nunca
he hecho es el sound", señala.
Nunca le interesó seguir el conducto regular para alcanzar su objetivo
y como caballo de carrera se aplicó a construir temas, fabricar
canciones. Lo suyo era en el backstage, tras la consola era el lugar donde
se sentía más cómodo.
Venus, Solar, Coni Lewin, Makiza, La Pozze Latina, Elso Tumbay, Viena,
Jano Soto, Christianes, Bitman y Roban,Keko Yunge, y Valdés Vargas,
son algunas de las heterogéneas bandas y solistas que han pasado
por las manos de Quiñones.
Hasta ahora el cantante ejerció su oficio como autor de músicas
para otros. Ahora Quiñones pone por primera vez su propia voz al
servicio de esas melodías, y esa voz también es un sonido
especial: un timbre vocal agudo. Hasta en eso parece en una liga aparte.
Se puede advertir el gusto del autor por cierta genealogía proveniente
del rock argentino pero esa voz de Claudio Quiñones, prensada por
primera vez en un disco, hoy suena más única.
Quiñones muerde las estrellas y traga colores en algunos versos
tomados al azar del single ''Toma lo que quieras'': más que hechas
de historias, ésa y las demás del disco son ese tipo de
canciones escritas a menudo con imágenes, fragmentadas, oníricas,
instantáneas.. Claudio Quiñones escribe canciones pop y
las toca como tales, con esmero antes que estridencia y con gusto por
melodía antes que por el desenfreno.
Con "Fármacos" Quiñones se siente cómodo.
"Como todas mis composiciones yo las hago de una partida. Es un disco
muy fresco que está compuesto en 9 días y 9 noches".
Tiempo de sobra para que este fabricante de canciones lograra reflejar
su estilo, ahora en sus propias canciones, con sus propias vivencias y
experiencias.
Esta vez son instantáneas de sus propios momentos. No los de otros.
|